martes, 10 de abril de 2012

JAPPY-COLA

“… le diría al instante:
detente, eres tan bello.”
—Fausto; J.W.Goethe—



“Felicidad” es tema de un congreso
que patrocina la marca Jappy-Cola:
felicidad —dice— es ingerir burbujas
de ese jarabe un tanto azucarado
tal como reza su eslogan en los medios:

“Si quieres ser feliz está muy claro,
debieras de beber más Jappy-Colas

… y a una escala mayor tener un Porche
(eso aparte del yate y la avioneta)
descapotable y con todos los extras
con "tía buena" de copiloto al lado
secando al viento cabellos despeinados,
luciendo una porción de hermosas piernas

… con perspectiva de haber una gran noche
en un lujoso hotel de la Riviera
donde tras de caviar y de langosta
más solomillo “al punto” a la pimienta
y luego a con champán haber brindado
subir a suite —jacuzzi incorporado—
y con ayuda de coca y de viagra,
hacer el kamasutra en gran potencia.

Y así por siempre un día y otro día,
una noche tras noche y carretera,
sin que el colesterol suba sus índices,
sin que jamás flaqueen nuestras fuerzas
y no aparezca nunca el panorama
del deportivo sufriendo una avería
esperando a la grúa en la cuneta
y que el taller esté el “finde” cerrado

… que como un mal presagio ello anunciase
que ya el "cacharro" no remonta la cuesta,
ergo la piba se canse de nosotros
y se vaya con yogurín más joven
dejándonos la cuenta de tarjetas
y nos dé un patatús y nos ingresen
y el médico nos ponga a estricta dieta
que para colmo proscriba Jappy-Colas
y así se apague “la chispa de la vida”
tan sólo a plan de sopa, agua y acelgas.

Y luego recorrer la “pitopausia”
de achaques y manías "in crescendo";
hasta ese día nefasto visitados
de los doctores Parkinson y Alzheimer 
ya en triste panorama confinados
por la familia y los futuros deudos
a una de ancianos cutre residencia,
do tras de frugal cena un poco tele
en que salga Punset y vaya y diga
que todo son circuitos cerebrales
(que alguno ahora nos falla es cosa cierta).

¡Ay si hubiésemos nacido en el futuro
cuando haya encontrado al fin la ciencia
la solución a mecanismos físicos
para tener felicidad completa!:
rugiendo en la autopista el deportivo
sin radares, ni multas, ni pamemas;
y langostas sin fin aún sean sintéticas
—no depredar el medio es la manera
de ser un tío moral (a mi manera)—

… que no decaiga ante todo "el buen rollito"
y "lo cortés no quite lo valiente";
luego entre espumas dándole a Jappy-Colas
en parejitas, en tríos, en cuartetos,
o en orquesta de cámara si tercia…
con apetitos enormes sostenidos
sin descanso ni reposo ni tregua
y todo gratis por siempre, por lo eterno,
sin infartos, ni impuestos, ni hipotecas…

<< Camarero traiga otra Jappy-Cola
—no preocuparse que no sube el azúcar—
pues somos ya un diseño muy afinado 
para gozar de una salud perfecta;
¿la vejez y la muerte?, ¿de qué hablas?;
hoy yo ya cumplo mi primer milenio
y mírame aquí estoy “hecho un guayabo”
dispuesto a dar todavía mucha guerra.

Aunque a veces me pregunto si esto sea
una broma macabra, un despropósito,
un pacto faústico en plan mefistofélico
y un “contradíos” lo del durar eterno
condenado —cual en círculos del Dante—
de años y de manías a la rueda
de una vida por siempre bien insulsa
en un tipo a lo "reality" de gehenna.

Menos mal que tienen el detalle
antes de entrar en sala de calderas
de poner máquina expendedora
de Jappy-Colas fresquitas que se beben
con enorme placer en las bañeras,
y es un brebaje de juventud eterna
para gozar de orgías sado-maso
con los ojos cerrados muy abiertos
(inclúyase el oscuro para el griego)
con gran cabrón maestro de ceremonias
a lo "cincuenta sombras"… en infiernos >>.


© albertotrocóniz / 12
Texto de: “TALCO MOLO EO”
Imagen de: "FOTOPINTURA”

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