jueves, 31 de mayo de 2012

COGIENDO EL RÁBANO POR LAS HOJAS-BILLETE

Hemos caído en una crisis y muy grave
por no haber respetado los principios
que nos marcan las leyes naturales
y sobre todo aquellas energéticas.

Hay una primacía entre las normas,
y así aquellas sociales y políticas
deben supeditarse a lo económico,
pues nada vale si el pan no se asegura.

Pero a su vez la praxis económica
debe de respetar las bases físicas,
que en la cadena de efectos inducidos
son de un rango causal determinante.

Ya que en el fondo toda la riqueza
y el sustento de seres se consigue
aprovechando recursos que nos brinda
aquí a nosotros este planeta Tierra.

Que es una bola lanzada en el espacio
con una cantidad determinada
de recursos materiales no infinitos
y el plus de “renta” del sol todos los días.

Y con ello habríamos de arreglárnoslas,
al menos hasta que se descubran
nuevas fuentes energéticas viables
que permitan otra vez un desarrollo.

Ya no se puede un crecer indefinido,
por más que “crecimiento” sea el mantram
que como fórmula mágica infalible
ahora da en recitar a los políticos.

Que quizá entiendan algo de economía 
pero que desconocen lo más básico:
que el dinero es tan sólo al fin y al cabo,
una “metáfora” de lo que son los bienes.

Lo financiero es artificio humano
que sirve a generar un contra-flujo
para la información, la energía y materia
que es lo que es riqueza verdadera.

Para mi es “tomar el rábano por hojas”
el pensar que inyectando más dinero
se crea riqueza (pruebe a comer papeles);
tan sólo en ella induce un movimiento.

Mas sólo si hay las bases -si no nada-
lo cual se dio hasta época reciente
con la abundancia de energías fósiles
que eran rotadas en ciclos económicos.

Tonto es pensar que afinando los circuitos,
quitando aquí y allá una resistencia,
se logrará que vuelva la corriente
estando ya las pilas medio secas.

Economistas saben mucho y luce poco:
tantas teorías y escuelas de negocio
han demostrado ser papel mojado,
cuando no la causa de problemas.

Pues se escapa el panorama de conjunto:
arde el bosque y se riega el arbolito;
basta ya de los parches y tiritas
y jugarse al “Palé” la subsistencia.

Con pasatiempos de “aprendices de brujo”
haciendo “ingenierías financieras”:
con “swaps”, “acciones preferentes”,
los derivados, los apalancamientos …

Lo necesario es verdadera ingeniería,
la agricultura y la ganadería,
y la pesca, la industria y minería
adaptadas a recursos disponibles.

No interfiriendo demasiado en los procesos
con artificios de las subvenciones,
con el cáncer de los intereses,
que en más crecer agravaría los males.

Hay que buscar una vía hacia ese estado
que en la física se llama “estacionario”:
capaz de ser en el tiempo mantenido
por recursos tasados materiales.

Bajar la población y sus demandas,
bajar la polución y sus secuelas,
cambiar el paradigma en lo económico,
cambiar de arriba abajo en lo político.

¿Es deseable acaso el panorama
de por millones el crecer cada día,
todos en coche y con calefacciones
moviéndose en avión, haciendo el memo? …

basándose en petróleo que es la savia
principal que alimenta a este monstruo;
¿qué va a pasar con agujero ozónico?,
¿todos con cáncer de piel acabaremos?.

Ratones enjaulados que se maten:
hacia eso vamos, la Tierra se sacude
-pues tiene inteligencia, es un ser vivo-
excesos que sobre ella cometemos.

Quizá haya guerras -serán devastadoras-
por la rapiña de recursos escasos
que dejen la población diezmada
(como pasó con las guerras mundiales).

Ya que en el fondo leyes termodinámicas
a su vez también están sujetas
a otras -a una escala superiores-
que son leyes sutiles del espíritu.

De entre ellas aquí viene adecuada
esa que inexorable se repite
-a nivel personal y colectivo-
de “quien no aprende por el discernimiento
habrá de hacerlo a través del sufrimiento”.


© albertotrocóniz / 12
Texto de: “TAL COMO LO VEO”

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