domingo, 10 de noviembre de 2013

MEDITACIÓN: ES LA ÚNICA AVENTURA

Cuando llegue el momento en que estés harto 
de las trivialidades de este mundo,
nada te llene: ni cosas ni personas,
circunstancias, promesas o ideales
que te dejan al cabo insatisfecho;
espejismos que nunca dan lo eterno... 

buscarás lo real por mil caminos 
ensayando, probando y rechazando:
esto no…, esto no…, será la ascesis 
hasta que alcances a tu propio concepto;
a la idea que tienes de ti mismo
—en el fondo tan sólo pensamientos—
construida a lo largo de la vida
como estructura compuesta de embelecos.

Creo un "yo" falso plagado de atributos:
"soy joven, soy mayor, casado, padre…"
me identifico con cosas contingentes:
mi dinero, mi trabajo, mi familia…
y "yo he hecho tal y tengo mucho mérito,
soy genial " y procuro reconozcan
eso que digo "mi yo, mi mi, y lo mío"
… un Yo-Idea gigante-pies de barro
abocado al colapso por su peso.

No queda otra, hay que minar el ego; 
es un proceso doloroso, se resiste 
a despojarse de estatus adquirido
y abandonar todos sus privilegios.

Llega una noche oscura para el alma 
ya que se trata de una prueba muy dura:
morir de inanición de los estímulos 
de recompensas, chantajes, pensamientos... 
por otra parte lo nuevo está expectante 
y la tiniebla oculta el panorama 
pues todavía el sol no ha amanecido 
aunque se intuye la luz que aguarda luego. 

Meditación, esa es la terapéutica,
el camino a seguir y el único consuelo:
morar en mí, yendo hacia el Yo profundo
que aparece si hacemos el silencio
y a esa corazonada muy atento
de algo distinto que aún es inmanifiesto.

He aquí la “hoja de ruta” de este viaje 
siguiendo indicación de un gran maestro 
(Antonio Blay* quien me enseñó el camino 
de vuelta a lo Real desde mi ensueño). 


I AQUIETAR LOS ESTÍMULOS EXTERNOS

Haz el silencio del cuerpo y de la mente;
observa el respirar, cómo acontece 
en tu organismo, cómo entra, se detiene 
y te abandona a comenzar de nuevo. 

Mira quién es detrás de aquella fuerza
imparable, aunque suave, que te inunda 
en ciclos repetidos, no pretendas
manipularla, sino tan sólo obsérvala.  

Aprovecha la fase en que se exhala 
para aflojar toda tensión en músculos 
ordenando a las distintas partes 
que dejen el estrés en que se encuentran.

Después que el cuerpo así hayas relajado 
pasa a mirar asimismo la mente 
contemplando todos los pensamientos:
cómo surgen, luego desaparecen… 

Pregúntate quién es el que esto observa;
detrás de todo objeto hay el sujeto, 
todo depende de él, nada lo afecta,
eso eres tú, testigo en el Silencio.


II CONCIENCIA DE SER ENERGÍA

Dirige tu atención hacia esa fuerza
del respirar que te entra por la espalda 
en la región lumbar, esa corriente 
verás que tiene origen en un centro;

mantente ahí en quietud por algún tiempo; 
es la vida pulsante quien te toma 
en oleajes de una fuerza imparable 
impersonal mas tuya al mismo tiempo…

verás que detrás de esa tu playa,
en olas que te inundan de energía
está la fuerza fabulosa del océano 
y que es un punto inmerso en el Silencio. 

Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy toda Energía 
que en potencial alcanza el infinito
aunque una parte tan sólo expresar pueda:
precisamente la que haya ejercitado.


III CONCIENCIA DE SER AMOR

Dirige tu atención después de esto
a la zona del pecho e imagina 
que delante de ti te rodea gente 
a la que quieres y demuestras tu afecto… 

un rayo cálido verás brota de un centro 
del que se expande en forma de abanico
en puro gozo, alegría y belleza; 
es tu foco de Amor, detrás … Silencio. 

Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy el Amor puro  
que en potencial se extiende al infinito 
aunque una parte tan sólo expresar sepa:
por cierto aquella que haya desarrollado.


IV CONCIENCIA DE SER INTELIGENCIA

Dirige tu atención a la cabeza 
al plano de los ojos y la vista;
imagina que delante contemplas 
un horizonte despejado y extenso… 

una luz azulada todo abarca 
en visión panorámica ampliándose 
que es pura claridad de entendimiento 
y que asimismo desde un punto radía. 

Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy la Inteligencia  
que en potencial llega hasta el infinito 
aunque una parte tan sólo expresar pueda:
aquella exacta que yo haya practicado. 


V CONCIENCIA UNIFICADORA DEL YO

Me reconozco como eje que conecta 
los tres focos que así he ido recorriendo:
de la Energía, de Amor e Inteligencia 
y aquí y ahora lo vivo muy despierto.

Desde esta noción de ser Yo mismo
soy consciente que está envuelto en silencio
y ahora expectante a lo desconocido 
me quedo atento vacío de conceptos… 


VI APERTURA A LO SUPERIOR 
… … …
(esto se deja a práctica avanzada)


VII MANTENIMIENTO DEL ESTADO ALCANZADO

Después de meditar, “torna a este mundo” 
forzando un respirar que sea algo intenso 
a la par que mueves poco a poco 
dedos, extremidades, hombros, cuello.

No abras los ojos del todo todavía 
aunque da impulso a echar vista adelante;
toma conciencia de estar cual despertándote 
desde la Realidad hasta este sueño.

Mantén la paz y el estado alcanzado
todo lo más que puedas en acciones
de la vida corriente cotidiana
y aunque lo olvides, recuerda: vuelve a ello.

Poco a poco con práctica constante
—no importa que haya fallos repetidos—
verás como se asienta la conciencia
del YO central fuente de todo hecho

… e independiente de los mismos al tiempo:
la plena libertad, la autonomía;
capacidad para cambiar el mundo
de la manera única eficaz posible

… el gozo y la belleza verdaderos
no atado a circunstancias ni a personas
sin condiciones —nos quieran o no quieran—
vivir en alegría, aun sin objeto

… desarrollar la intuición de los hechos
más allá de fría razón lógica
en comunión e intimidad con ellos
conociendo sus causas por efectos

… ascender a regiones sutiles
de Inteligencia, Belleza y de Potencia
insospechadas, fabulosas, transcendentes
última causa de todo lo creado

… ser la pura Conciencia, la Presencia;
lo conocido, conocedor, conocimiento
y que no hay nada, no hay nada en absoluto 
mas que el YO detrás de todo objeto

… SER EL TESTIGO, LA OBSERVACIÓN, SUJETO.



© albertotrocóniz / 13
Texto: de “AUTORREALIZACIÓN”
Imagen: de "FOTOFILTRADA"


*Referencia:
Ver las obras de Antonio Blay; por ejemplo la siguiente:
“Personalidad y Niveles Superiores de Conciencia”, Antonio Blay Fontcuberta, Ediciones Índigo, Barcelona 1991.


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