viernes, 10 de enero de 2014

EL BAÑO DE DIANA: UNA VERSIÓN DEL MITO

(Relato con soneto y estrambote)

Rumorosos sonidos despeñados
en torrente feliz que se acumula
a poza de agua en claro de los bosques
donde el nieto de Cadmo va de caza.

Sí, es Acteón, joven noble tebano
muy experto con arco y jabalina,
entrenador famoso de realas
de mastines, sabuesos y lebreles.

Es rival declarado de Artemisa
la diosa protectora de los bosques,
de animales salvajes y de fuentes
y virgen consagrada a la natura.

Persiguiendo las piezas levantadas
por los perros de olfatos prodigiosos,
de ágiles patas y afilados colmillos
discurre la jornada venatoria.

Su mirar avezado en el deporte
de una caza que oculta en espesuras
halla piezas del todo inesperadas
que mucho más su instinto satisfacen.

Junto a ninfas toma un baño la diosa
bajo el calor que a media tarde agobia
y en cofradía femenil ahí se recrea
entre juegos desnudas salpicándose.

Varias jóvenes que nadan en las aguas
cristalinas permiten se entrevean
pechos y nalgas tersas y los pubis
de conchas en tapiz de oscuras algas.

Eso a más de que de tanto en tanto,
cual afroditas álzanse de las ondas
dejando al aire ya en toda su hermosura
húmedos cuerpos en que la luz resbala.

Juguetonas simulan darse alcance
y persiguiéndose se azotan y se abrazan;
algunas llegan de bromas a mayores
(pudiéndose pensar que se propasan).

Parece ser pueda haber excepciones
a estrictas reglas dictadas por el templo
en que esas vírgenes estando consagradas
en castidad ningún mortal las holle.

Dominio por el sexo o por la muerte;
de tal se trata en lo que toca al macho
(al menos en esos días antiguos
vigentes hasta ha poco, y ¿hoy pasados?).

Ya aparta a un lado el arco y jabalina
pues la visión ya es dardo que penetra
y retrotrae la pieza hasta su puesto
en posesión —visual— de aquellas carnes.

Forma de conocer protocientífica
es de algún modo el poseer por el sexo;
llegar hasta la entraña penetrando
el misterio que le ocultan los dioses.

¿Hollar la luna montado en pensamientos
tan sólo de su miembro levantado?,
¿robarle a diosas su fuego plateado?;
aquí Acteón actuó cual Prometeo

… quien preguntándose cómo sería la dea
y esas ninfas si en lecho las hubiese,
en imaginaciones desbocadas
satisface sus deseos (virtualmente).

Pero los canes también se soliviantan
olfateando a las perras de la diosa,
y las aúllan, y con ladridos llaman
en gran escándalo y emboscada malogran. 

De la color que presentan las nubes
cuando las hiere el sol por la mañana
en arrebol de aurora en carmesíes
así aparece el rostro de Diana

… al sentirse observada en paños húmedos
con compañeras triscando entre las aguas
por el intruso que en matorral se esconde
y un duro dardo ante su vista blande.

"Cesen ya los movimientos túrbidos
con que así gozas teniéndonos “in mente”
¿no sabes ¡oh mortal! que pensamientos 
nos llegan a los dioses transparentes?;

guarda por tanto tu dardo a mejor caza,
aunque más bien vas a probar tú mismo
de los perros a qué saben los dientes
sobre ese cuerpo que así tan mal descansas".

Y —habiendo lejos de sí arco y aljaba—
con lindo pie y en ademán gracioso
lo salpica golpeando diosa el agua
junto a la maldición que al mozo alcanza:

"A contar lo que has visto ve sí puedes
desvelando secretos que escondemos
velados al común de los mortales
a la taberna, entre amigotes riéndote" 

… … …

Sintió Acteón sobre su testa le crecían
luengas cuernas que arbóreas se mostraban
en recias puntas do al pronto se tornaban
aquellos rizos que al oro escurecían.

Hirsutas crines entre la piel se abrían
rodeando miembros que allí bullendo estaban,
y en pezuñas los pies al suelo hincaban
extremidades que en patas se volvían.

Y aquella que era causa de tal daño,
a fuerza de reír crecer hacía
al animal ya a quien sus realas ladran.

¡Oh miserable estado!, ¡oh mal tamaño
tras de galope acabar muerto el día
por amigos que en fauces te desgarran!.

Ignorando del amo la fortuna
sus perros fieles lo buscan en la noche
por todo el bosque y aullándole a la luna
hacen oír a la diosa su reproche.





© albertotrocóniz / 14
Texto: de “POEMAS DEL MITO”
Imagen: Fuente de Diana y Acteón (s.XVIII)
en la Regia de Caserta, Nápoles
de "FOTOFILTRADA"

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