sábado, 14 de junio de 2014

RELACIÓN DE LOS FRUTOS MORDISQUEADOS

Siguiendo con el “post” donde me acuso
de esa manía que fue la bibliofilia,
confieso aquí el detalle de pecados:
manzanas de la ciencia u hortalizas
del bien y el mal que fueron degustadas
y en mi memoria viven relevantes,
aquellos más veniales los omito
por no hacer la lista interminable:

Más que un “gourmet” en cuanto a continentes
(me importan poco primeras ediciones
ni filigranas en encuadernaciones
pero si puedo esquivo traducciones)
fui yo un “gourmand” en cuanto a contenidos;
presento su menú en más o menos
el orden secuencial que hubo de platos:

Muy ya de joven filosofía: Ortega
-sobre todo su estilo yo admiraba-
"La Caza y los Toros" -eran mis intereses-
"Rebelión de las Masas" -fui elitista-
y también Nietzsche por ser muy literario:
el Zaratustra con música de Wagner …

Y Bertrand Russell -científico e irónico-
fue la base durante etapa agnóstica;
¡qué gran estímulo el leer su biografía!
(con el inglés se abrían librerías;
grandes acervos de todo tipo a mano);
me gustó siempre de Inglaterra lo excéntrico,
tenía un gran póster adornando mi cuarto
de ese mi ídolo fumando en una pipa
(lo que a mi padre por cierto “ponía negro”
considerando haber mayores méritos
pues que me daba las pagas para gastos).

Di en las ciencias: la física teórica
en elección "fatal" como carrera
donde explorar el macro y micro cosmos
y conocer su entraña más profunda
desde la Cuántica hasta agujeros negros,
con todo el zoo de cuerpos y partículas,
la Relatividad, sus paradojas …
desengañado abandoné esa causa
cuando topé barrera infranqueable
de no poder el dar explicaciones
-más allá de un "cómo" operativo-
al espacio, al tiempo, a la materia …

En matemática las álgebras formales
(tratado abstruso el de Pedro Avellanas
y aquellos agrupados en Bourbaki)
fueron refugio en guardias de la mili
con poética frialdad de los guarismos
en contraste con la cutrez en torno
del cuartel, de sus catres y cantinas;
también consuelo fue “Análisis” de Apostol
donde formalizaba el infinito
… de series matemáticas tan sólo.

Me interesé por mitos y por símbolos
en un periodo sujeto a psicoanálisis
-fue necesario barrer toda la casa-
sueños numínicos a fondo interpretados
(gracias aquí a equipo de Cencillo)
en psicología profunda, la "jungiana"
que explora en hombre su más oculta esencia
buscando el centro, completar el mandala
(emocionante la descripción que hace
CGJ en su iluminadora biografía
de construcción de torre junto al lago) …

Con el pasado sentía algo curioso:
libros de historia -sino eran sólo hueso,
mas también carne como con Graves pasaba-
me hacían transportarme cual cangrejo
de una manera vívida a las épocas
sintiendo muy de cerca el "genius tempi"
que es por detrás de todas circunstancias;
tal para mi fueron túnel del tiempo
y así viajaba desde el sillón de orejas
cosa que he preferido desde siempre
a los desplazamientos por espacios.

Explorar cielos, mas no sólo con ciencia
-la fría razón diseca a mariposa-
se necesita una "razón sentiente"
que trate a sus objetos de organismos
y en tal sentido abrazo el paradigma
tal como fuese esbozado por Goethe
en sus obras artístico-científicas

… y más allá, una visión simbólica:
no sólo química, sino también alquimia;
no sólo astronomía, astrología;
no sólo la apariencia del presente,
también futuro desvelado por mancias,
"Así como es abajo, así es arriba"
según advierte la "Tábula Esmeralda":
I-Ching, la radiestesia, cartomancia …
tomos innúmeros llenaban los estantes.

Siempre con Goethe tuve un nexo profundo;
no sé por qué me entusiasmaba el Fausto
-yo también era "stolz und unzufrieden"-
los poemas, biografía, el Viaje a Italia …
más las anécdotas reflejadas por Eckermann,
todo leído a la par en dos idiomas
en equilibrio ambos tomos inestables:
el alemán y el otro cotejando.

Una gran frase lo de "música helada";
visita al Panteón me hizo converso
de arquitectura, consideré cumplía
con dos demandas que había en mi carácter,
la ciencia y técnica pero también lo artístico
y me enrolé en esa otra carrera;
torres de libros en Vitruviano trípode
de “Utilitas”, de “Firmitas”, “Venustas”:
tuve de técnicas, así como de estéticas,
de la composición y de sus reglas;
de aquella "mágica" del "Número de Oro",
el "Modulor", la del "Módulo L" …

Estimulantes fueron conversaciones
tenidas en veladas memorables
con Víctor dOrs -vivo surrealismo-
en aroma de amistad y de sus puros
recogidas en apuntes o grabadas;
pequeño gran librito apasionante
aquel de "Arquitectura y Humanismo".

Morfologías de objetos construidos
con la energética que lleva involucrada
han sido siempre “caballo de batalla”;
en esto incluso di con un teorema
meollo central objeto de mi Tesis
que dice para objetos "anextrémicos"
resulta idéntico su "Factor de Forma"
en el entero volumen y en secciones
(aquí no muero sin que plantase en libros
ponencias resultantes de congresos).

En cuanto a maestros, los dos más preferidos:
Frank Lloyd Wright y el victoriano E.Lutyens
(interesantes son ambas biografías
que mezclan muy curioso y sin quererlo
con Gurdjieff uno, y otro con Krishnamurti);
también como ellos en granja o en mansiones
de unas manos expertas proyectadas,
siempre desee vivir así en el campo;
que en la tetera reflejen rododendros
mientras esbozo en cuaderno de croquis …

Hablando de gurues variopintos
antes de yo encontrar a mis maestros
tomé contacto más o menos intenso
con Cábala, con Zen, con Teosofía:
Dion Fortune, Deshimaru, Blavatsky,
Rudolph Steiner (también gran arquitecto) …
Sí, de por siempre la búsqueda incesante;
fue Antonio Blay quien marcase el gran cambio:
todos sus libros y "satsangs" presenciales;
después también con Jiddu Krishnamurti.

Ya en poesía me fascinaban clásicos
con el lenguaje como en orfebrería;
bella la forma y bello el contenido:
Garcilaso -fue asimismo valiente-
Juan de la +  a más de altura mística,
y los barrocos, por sobre todo Góngora,
nexos extraños sugerentes en Borges,
de los foráneos el angélico Rilke
y también Yeats con su aroma mistérico
y Leopardi, y tantos, tantos otros …

No puedo soportar que la poesía
no se presente en edición bilingüe;
¡qué pocos hay que capturen los ritmos!
(me gusta Gaos cuando traduce a Shelley),
y siempre acabo metiendo las narices
con nota al margen de mis propias versiones
corrigiendo al “traidor” que ha traducido.

Siempre los clásicos: Ilíada, Odisea …
hasta los cuentos de Jorge Luis Borges;
entre novelas me dejaron impronta
la "Guerra y Paz", mas no sabiendo ruso,
francés al menos, idioma de la corte;
"Le Rouge et le Noir" también impresionante,
y ya en Vetusta admiro "La Regenta".

Respecto a libros de viajes y de crónicas,
a los de Jusep Pla siempre retorno
en catalán, le pega enormemente;
por no alargarme, entre lo último leído
(gracias por pista Javier Alonso-Iñarra):
"La Biblia en España" de Don Jorgito Borrow;
aquí no importa leer en castellano,
las escenas parece que lo piden
y traducción es de Manuel Azaña.

Ya aparte fueron los temas económicos
que investigué a descubrir sus ciclos
para montarme sobre la "Onda de Elliot"
cabalgando en secuencias Fibonacci
(con lo cual otra vez en lo esotérico);
logré reunir muchos libros de “trading”
en ese afán de hacerse rico pronto
invertí buena parte de ahorros;
ni que decir que resultó un fiasco,
gracias a dios, me di cuenta era un robo.

Cómics: los de Tintín los preferidos
y que yo usaba para aprender idiomas:
la Castafiore, Tornasol y Haddock,
Dupond & Dupont y un adorable elenco
"chacun parlando in einer fremde language"
y huyendo en circunstancias sorprendentes
en vehículos ya hoy piezas de museo.

Deportes: ajedrez (?), tiro con arco
-más no el convencional sino el del Kiudo-
el golf tomado como en un “Pilgrim Progress”;
los dos implican vuelo libre del alma:
metáforas son flecha y pelotita;
de vicios muchos como el fumar en pipa;
sexo sagrado según el Tao y el Tantra;
de casi todo la edad nos prejubila …

Sólo una muestra aquí la presentada
como de frutas expuestas en estantes
de ese almacén de libros e intereses
en qué mordí perdiendo el Paraíso
tentado bajo el Árbol de la Ciencia,
aunque después tuvo contraveneno
para sanar también por la palabra.

A trascender, innúmeros tratados:
buscaba a Dios en craso error por fuera,
las religiones, esoterismos, yogas …
mas ¿de qué sirven los libros salvo ese
que más allá de todo libro lleva?;
"gracias a dios" encontré tales libros,
mensajeros de maestros realizados:
Nisargadatta, Ramana, Klein, Spira,
y otros benditos que muestran el camino
del "Uno sin segundo" en el Advaita …

Un Júpiter que rige a Sagitario
-el planeta es señor de la abundancia,
y el signo es de alcanzar conocimientos-
se encuentra en mi horóscopo exaltado
en Casa IV -o también "Inmun Coeli"-
que en él sin duda denota biblioteca
atiborrada de mucho objeto inútil

… que habría de espurgar, pero confieso
he cogido cariño al cabo tanto tiempo;
¿yo Diógenes acaso si ya en tonel no caben?.



© albertotrocóniz / 14
Texto: de “AUTOBIO”
Imagen: “Rodolfo II como El Verano” (1591)
de Giussepe Arcimboldo  (1527-1593)
de “PINACOTECA”

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