viernes, 21 de noviembre de 2014

ROMANCE ESPAÑOLÍSIMO ESPERPÉNTICO


¿Han encerrado a duquesa  
o han enterrado a Pantoja?,
¿o es acaso en viceversa?;
cualquiera de las dos cosas
es posible en esta España:
la de navaja en la liga,
de pandereta y guitarra,
la de aguafuertes de Goya
y de esperpentos de Valle,
del tenebrismo en Solana,
del "muero porque no muero",
la de "pelis" de Berlanga,
Pablo Iglesias-incendiarios,
Nicolás-no cuela nada.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

¡Ay los ligues peligrosos
que hacia el abismo te lanzan!,
mismamente como al coso
del ruedo ibérico: España,
donde aguarda en el albero
el cornúpeta Montoro
a metértela doblada
para sacarte las doblas
que tú ganaste doblada
cantando esas tonadillas
que hacen felices a chachas.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

Si hay un obispo te case
sea Amigo o enemigo,
sea casto o pederasta:
te eche un responso de muerta
mas si eres una vivilla 
que te confiese de faltas,
e imponga de penitencia
bulerías, sevillanas…
y si la cosa es muy grave
cante jondo de las minas
mismamente de escabeche
de los atunes de Zahara.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

Caridad hagan señores
estas Navidades santas:
compren mis discos y ayuden
a pagar multazo, ¡espanta!;
el morbo está asegurado
al saber que ave canora
—servidora la que canta—
entre rejas pena en jaula;
yo en todo caso prefiero
una celda muy relimpia
a una caja de madera
de terciopelo acolchada
por más que duques y condes
la lleven a sus espaldas.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

Ole, ole, ole y ole,
¡viva el fúrgol y las lágrimas!
¡vivan duquesas, Pantojas,
chorizos y butifarras,
el ladrón y el policía,
el corrupto, el separata,
terroristas yihadistas
la tortilla de patata!;
¡viva Mari-ano el rajao,
sobre todo haciendo caca!;
¡vivan los hombres machotes!,
micromachistas en plaga
que a los metrosexuales
muchos centímetros faltan
¡vivan las hembras de España
que si besan es que besan
y si roban es que roban
sólo vísceras cardíacas!
(caso aparte catalanas).
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

¡Vivan patios Monipodio
de congresos y senados!,
¡viva el patio de vecinos,
las porteras y corralas!,
¡viva la telebasura
la molicie y la galbana!;
inventar que inventen otros
que a mí no me da la gana;
¡vivan ígnaros en bolas
tratando ligar marranas!,
¡viva el cerebro en los pies
que así más goles se marcan!;
¡viva el buenismo "Walt Disney",
veganos y antitaurinos,
frikis y tribus urbanas.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

Esta jaula para grillos
está en grilletes colmada
para acoger a los pillos
que pilla la juez Alaya
que al Cristo de los gitanos
si una saeta se le canta 
te redime de las penas
de los Eres fraudulentos,
de robar una gallina
o matar a la parienta
si la encuentras en la cama
con algún banderillero
de la Real Maestranza.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

A mi me gusta lo limpio
y no me gusta los susio,
yo por eso señor juez
al mi Julián blanqueaba
no sólo los calzoncillos
sino toíta la pasta;
la pasta gansa refiero
que a mi a limpia naidie gana,
ni siquiera la duquesa
con sus pajes de librea
para limpiar calderilla
de viruses y miasmas
y que a Princesa de Ébola
—vulgo Teresa Romero—
no quiso nunca invitarla.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

¡Ay mi arma, pena tengo
por no haber usado el arma!,
esa que llevo en la liga
como hembra fetén de España
para cortar la chistorra
del tal chorizo en rodajas,
que por su curpita curpa
ahora me veré encerrada
para solaz de reclusas
que ya se ven dando palmas
esta Navidad sin falta
cantando los villancicos
con la Pantoja, su hermana.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

Hermanos todos en Cristo
que a faroles no nos ganan
pues ya el Cristo de los ídem
se arranca por sevillanas
ole, ole, ole, y ole,
con la duquesa descalza
o a lo sumo (por juanetes)
tan sólo con leves chanclas;
(Zapatero tuerce-botas
borceguíes le regala):
celebra su nueva boda,
que al laurel le salen ramas
y si bien no tengan fruto
ocasión hay de manzana;
manzanilla en calle Sierpes
o en el barrio de Triana,
Monterrey o monte-venus
con las duquesas se gana
ya un ducado o un real
en la feria sevillana.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".

En Liria el lirio en capullo
tuvo ocasión en libarla,
ubres y labios de botox
(¡voto a bríos tal espanta!);
a Dueñas y a arrecogías
vamos a cantar mañanas
que aquí somos todos tunos
más que túnidos de Zahara;
zahories con sus vergas
nos digan do anda la pasta:
que si horteras, en colchón
por si quieren asar vacas
y en gente fisna, honorable,
—tipo Pujoles en panda—
la cosa apunta a Suiza,
a Belice, a paraísos…
también pregunten a Urdanga.
"Yo señor juez igualita,
igualita que la infanta".



Texto de: "TALCO MOLO EO"
Imagen: "El Entierro de la Sardina" (fragmento)
de Francisco de Goya


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